TERMINAL MARÍTIMA DE PASAJEROS "SAN MIGUEL" DE COZUMEL

Alcance: Proyecto arquitectónico y ejecutivo.

Propietario: Administración Portuaria Integral de Quintana Roo.

Autor: Luis Ugalde Tuero / Elvira Gaytán Cross

Programa: Sala de espera, sala de llegada, servicios, locales comerciales, locales de mantenimiento y operación, oficinas, áreas de muelle, área de acceso a la ciudad. 

Ubicación: Cozumel, Quintana Roo Muelle fiscal “San Miguel”, boulevard Rafael Melgar S/N

M2 terreno: 5,970.00 m2 

M2 construidos: 4,609.14 m2

 

Colaboradores:  Lucrecia Lopez Villagra, 

Bárbara de la Garza, Christian Briceño, Norma López, Jorge López Sill

Ingeniería Estructural: Diseños Optimizados, S.A. de C.V.

Ingeniería Eléctrica: Arluz Ingeniería, S.A. de C.V.

Aire Acondicionado: RAC, Ing. Jorge de Lozada.

Señalización: Ing. Eduardo Hume

Ingeniería de Costos: Ing. Oscar Segura 

Iluminación: AGO, S.A. de C.V.

Datos relevantes: Ganado en concurso 2007 / Obra Terminada 2010.

 

El muelle fiscal “San Miguel” está ubicado en la costa oeste de la Isla de Cozumel, al centro de la ciudad del mismo nombre. 

 

Este muelle representa la principal puerta para todo aquel que transita por vía marítima desde y hacia el continente en las embarcaciones que cubren esta ruta. El edificio contempla un esquema de operación similar al de una terminal aérea con salas de espera, puertas de embarque y desembarque, entrega y recepción de equipaje, filtros de seguridad para acceso a salas de última espera, food court, locales comerciales, servicios sanitarios y stands promocionales. La terminal de Cozumel maneja un flujo promedio de 2 millones 800 mil pasajeros en la ruta Cozumel - Playa del Carmen y viceversa (dato junio 2012).

 

La intención principal del diseño es proteger al usuario de las inclemencias del clima, promocionando al mismo tiempo el disfrute de las vistas privilegiadas del sitio. Sol, viento y lluvia quedan fuera del abrigo de una placa protectora que envuelve y dirige al viajero, lo separa de las operaciones del muelle y le crea un espacio recogido dónde transitar, estar, mirar y gozar.

 

Emplazada sobre el muelle por necesidad de programa, tiene un reducido punto de contacto con la trama urbana costera y se abre por todos lados hacia el Mar Caribe. El desarrollo lineal permite concentrar a los pasajeros al centro y dejar una banda de operación portuaria entorno. El programa se separó en dos niveles, lo cual facilita dividir los flujos de desembarque -en planta baja- y embarque -en planta alta- (se implementaron pasarelas móviles para el embarque de pasajeros desde el segundo nivel).

 

El lenguaje formal es sencillo, utilizando formas simples con múltiples combinaciones complejas: muros, columnas y losas. Muros con una ligera inclinación de 5 grados para reducir el reflejo solar y deflectar el ruido de los motores de las embarcaciones; losas de entrepiso y cubierta recortadas para cerrar el edificio al centro y abrirlo en sus extremos; columnas con la misma inclinación de los muros dispuestos en “racimos aleatorios” que se ubican donde las demandas de carga lo requieren y donde los pilares actuales del muelle lo permiten. Otra intención de diseño ha sido la de mostrar la esencia de los elementos constructivos por los materiales que se expresan a sí mismos: el sistema estructural y la apariencia del material son en sí mismos ese testimonio, siguiendo una voluntad de forma: forma que da abrigo a la función.

 

Adicionalmente, se agregan espacios de comercio que se confinan en espacios cerrados que son, literalmente, “contenedores sobre el muelle”, esto es, cajas de madera que “guardan” los expendios, los locales de comida, los servicios sanitarios, etc.

 

Como dato estructural, se sumergieron unos 40 pilotes de 80 centímetros de diámetro, entre 16 y 22 metros por debajo del nivel del lecho marino. Este sistema trabaja como si fuera una mesa, dándole estabilidad a la terminal ante los embates del oleaje, los vientos y los huracanes.